Nunca hay manera de saber con certeza si lo estás haciendo bien. Por esta razon, mucha gente acude a la religión, porque las religiones reconocen ese estado permanente de incertidumbre y, a cambio, exigen fe. Es probable que esto también explique por qué las personas religiosas se deprimen y se suicidan mucho menos que las personas no religiosas: esa fe practicante las protege de la verdad incómoda.
Toda institución se descompodrá y se volverá corrupta. Toda persona, si le dan más poder y menos restricciones, seguramente utilice ese poder en su propio beneficio. Todo individuo será ajeno a sus propios defectos mientras busca con lupa los defectos en los demás. Bienvenido a la Tierra. Disfruta tu estancia.
No puedes librarte del dolor. El dolor es la constante universal de la condición humana. Por lo tanto, el intento por alejarse del dolor, por protegernos de cualquier daño, solo puede explotarnos en la cara. Tratar de eliminar el dolor solo aumenta nuestra sensibilidad al sufrimiento, en vez de aliviarlo.
(Diego): Por lo expuesto en la última línea, se observa en la generación actual la sobreprotección y la sensibilidad de la persona ante cualquier estímulo minimamente doloroso. Se crean hombres débiles, en tiempos tan volátiles. La solución es aceptar el dolor desde corta edad o someterse a la incomodidad voluntaria para fortalecerse.
La búsqueda de la felicidad no solo es contraproducente, sino que además es imposible. Es como intentar atrapar una zanahoria colgada de un cordel atado a un palo pegado a tu espalda. Cuanto más avances, más tendrás que avanzar.
Vivir bien no significa evitar el sufrimiento; significa sufrir por las razones adecuadas. Porque, si vamos a vernos obligados a sufrir por el mero hecho de existir, por lo menos intentemos aprender a sufrir bien.
Nuestra tolerancia al dolor, como cultura, va disminuyendo con rapidez. Y esta disminución no solo nos impide a ser más felices, sino que genera mayores cantidades de fragilidad emocional, razón por la cual todo parece estar tan jodido.
La gente siempre se queja diciendo que no "se les da bien" la meditación. No es cuestión de que se te dé bien. Esa es la historia. Se supone que se te tiene que dar fatal. Acéptalo. Acepta tu torpeza y quiérela.
Casi todo el mundo evita la meditación del mismo modo en que un niño evita hacer los deberes. Es porque saben lo que es la meditación realmente: enfrentarse a tu dolor, observar el interior de tu mente y corazón, en toda su gloria y todo su horror.
Las distracciones no tienen nada de malo; todos las necesitamos de vez en cuando. El problema viene cuando empiezan a dominar nuestras vidas y arrebatarle el poder a nuestra voluntad.
La paradoja de la elección: cuantas más opciones nos dan (por ejemplo, cuanta más "libertad" tenemos), menos satisfechos estaremos con la opción que elijamos.
La única forma autentica de libertad, ética, surge con la autolimitación. No es el privilegio de elegir todo lo que quieras en la vida, sino más bien de elegir aquello a lo que renunciarás en la vida.